Existen muchas personas en el mundo que eligen conectarse a través del servicio. Entérate cómo el ser voluntario, te ayuda a desarrollar una red de apoyo sólida en comunidades enteras, con desconocidos y hasta con tus propios amigos.
Cuando quieras sentirte más conectado con otras personas, trata de ayudarlas. O intenta trabajar con ellos para ayudar a alguien más. Es una estrategia popular entre los líderes, maestros y otras personas que desean edificar una comunidad dentro de sus grupos. Saben que uno de los beneficios comprobados del voluntariado, más allá de los resultados del servicio en sí, es establecer conexiones.
Los relatos inspiradores que aparecen a continuación muestran cómo las personas eligen conectarse con los demás por medio del servicio. Descubre cómo una mujer vietnamita ayudó a alimentar a una ciudad durante la pandemia del COVID-19, cómo unos alumnos se asocian con comunidades lejanas que necesitan ayuda y cómo inmigrantes en Australia edifican vidas en lugares nuevos al ayudar a otros.
Alimentando a una ciudad
Cuando la pandemia del COVID-19 azotó la ciudad de Ho Chi Minh, Vietnam, el pasado mes de julio, la ciudad fue sometida a un fuerte bloqueo. A los residentes se les dijo que no abandonaran sus hogares a menos que fueran para comprar alimentos. Nadie podía entrar ni salir de la ciudad a menos que fuera para entregar provisiones.
Ngan Phan vio largas filas de personas en pánico en los supermercados y decidió ayudar. Con un grupo de familiares y amigos, comenzó a ayudar como voluntaria. Primero, cocinaban 300 comidas al día para un hospital que trataba pacientes con COVID. Luego comenzaron a entregar comidas y provisiones a las personas de la ciudad. Durante 14 a 16 horas al día, se centró en llevar alimentos a los vecindarios más pobres y aislados y en llevar suministros médicos a hospitales y hogares. Todo este servicio fue hecho mientras ella seguía con su trabajo regular.

Estos esfuerzos continuaron durante cuatro meses. "Realmente lo disfrutamos", dice Ngan. "Cargar agua o bolsas con suministros se convirtió en un juego con personas de todas las generaciones trabajando juntas. Poníamos música y cantábamos canciones. Al final del día comíamos juntos, bebíamos té y hablábamos de lo que debíamos hacer al día siguiente".
"Esta época difícil me trajo muy buenos amigos", recuerda. "Todos fueron tan abiertos que sentí que nos conocíamos desde hacía mucho tiempo. Las amistades son el activo más valioso que obtuve del COVID. Aprendí mucho de ellos, no solo habilidades, sino su determinación, diligencia, paciencia y amorosa bondad".
Edificar un futuro
Los estudiantes de ingeniería a menudo buscan oportunidades para obtener experiencia práctica mientras aún están estudiando en la escuela. Algunos son voluntarios de Ingenieros sin Fronteras, una organización mundial que colabora con comunidades que podrían necesitar su ayuda. Los estudiantes ayudan a encontrar e implementar soluciones a problemas tales como vivienda inadecuada, el agua o la electricidad.
"Trabajar con personas reales en un proyecto con implicaciones en la vida real les muestra por qué hacen lo que hacen", dice Lynn M. Rollins, quien trabaja con Ingenieros sin fronteras, voluntarios estudiantiles de la Universidad Case Western Reserve en Cleveland, Ohio, Estados Unidos. "Muchos dicen que fue la experiencia más significativa que tuvieron en la universidad y que cambia la forma en que ven el mundo y lo que desean hacer con sus carreras. Algunos de nuestros alumnos permanecen conectados con las comunidades incluso después de graduarse".

"Creo que es esa sensación de ser un ciudadano del mundo, lo que probablemente se les quede más", continúa Lynn. "Los estudiantes pueden señalar algo que dejaron atrás que tenga impacto. Antes no había agua corriente en una comunidad, y ahora la hay. Se sienten conectados porque han dado algo útil, pero también se han beneficiado inmensamente durante el proceso. Se alejan sintiéndose conectados con personas de orígenes muy diferentes. Se dan cuenta de que no hay tanta diferencia entre ellos y otras personas como lo habían pensado".
Encontrar una nueva comunidad
Más de una cuarta parte de los residentes de Australia nacieron en otro lugar. Muchos han sido bienvenidos en los últimos años para cubrir las carencias de la mano de obra y el envejecimiento de la población. Un desafío para los recién llegados es poder ser participantes plenos en sus nuevas comunidades, especialmente si hablan un idioma diferente al de sus vecinos.
En una encuesta, inmigrantes recientes en Australia informaron que unas tres cuartas partes de ellos habían recibido ayuda de un voluntario para aprender inglés, aprender a conducir o establecerse en su nuevo vecindario. Más de la mitad informó que donó de su propio tiempo para ayudar a otros migrantes. Muchos también informaron que prestaban servicio en una escuela local, en un club deportivo, en un lugar de adoración o ayudando a las personas de otras maneras.

Más del 90% de los encuestados sentía que el ser voluntario era una manera importante de profundizar su conexión con sus nuevos hogares. Establecer relaciones con residentes de mucho tiempo, ayudó a los inmigrantes a sentirse bienvenidos y a vivir nuevas experiencias. Las amistades forjadas con otros migrantes ayudaron a las personas a sentir que tenían a alguien a quien recurrir en momentos de necesidad o crisis. El voluntariado también trajo otros beneficios, tales como desarrollar habilidades laborales y la creación de redes.