Durante más de 10 años, Maribel Medina ha prestado servicio como consultora de historia familiar en su barrio en San Diego, California. Tras sentirse desanimada en su llamamiento, siguió la inspiración de tenderles una mano a las hermanas ancianas de su barrio. Entonces, comprobó de primera mano cómo trabajar individualmente con cada persona puede apoyar a quienes están solos e inspirar a otros, incluso a todo un barrio.
Inspiración para enfocarse en los ancianos

El barrio de Maribel acababa de fusionarse con otro, y todos parecían demasiado ocupados como para dedicar tiempo a investigar y aprender sobre sus antepasados. Después de pensar qué podía hacer para ayudar a los miembros del barrio a involucrarse más en su historia familiar, Maribel estaba convencida de que debía ayudar a los miembros mayores del barrio. Muchos de ellos tenían limitaciones que les dificultaban ir a la Iglesia cada semana. Para comenzar, decidió visitar solamente a algunas hermanas mayores, con la intención de preguntarles si podía entrevistarlas, ayudarlas a crear una cuenta de FamilySearch y ayudarlas a investigar sobre su familia.
Las preguntas sencillas que hizo a estas hermanas se convirtieron en un torrente de historias e información. Al principio, solo buscaba detalles, como nombres, fechas y lugares, pero luego Maribel también escuchó y registró con paciencia las historias que relataban. Para su sorpresa, las hermanas ancianas podían recordar datos tales como las fechas de nacimiento de sus hermanos, padres, tíos, tías y abuelos. Incluso las que en un principio no recordaban ningún detalle también disfrutaron al hablar de sus recuerdos. Varias de ellas se comunicaron más tarde para brindar información adicional, después de que esa primera inmersión en sus recuerdos las ayudara a rememorar más cosas con el paso del tiempo.
Cómo superar los desafíos
Cuando comenzó la pandemia del COVID–19, Maribel estaba logrando un verdadero progreso con los miembros y comenzaba a registrar su historia familiar. Si bien había mucha incertidumbre en ese momento, eso no le impidió ayudarlos a organizar sus árboles genealógicos. Maribel señaló que, aunque los miembros ancianos no supieran hacer algo técnico (como abrir un archivo PDF), al menos podían atender una llamada telefónica. Algunos de ellos no tenían internet ni computadora en el hogar, o no sabían leer bien. Otros podían compartir pantallas, tomar fotografías y mucho más.
Más allá de la forma en que les tendía una mano, Maribel continuó interactuando con los miembros mayores de su barrio. Recopilaba información y luego hacía investigaciones sencillas para ellos, como buscar certificados de nacimiento, licencias de matrimonio, etc. Si los miembros no sabían cómo ver los registros en línea, ella los descargaba o se los compartía por correo para que pudieran ver por sí mismos la información del registro.


Un profundo impacto en cada persona y en su familia
Maribel dijo: “Yo hacía la investigación, pero ellos descubrían y encontraban, y eso les encantó”. Los miembros se sintieron tan emocionados por lo que aprendieron a través de los registros que lo compartieron con sus hijos. Luego, sus hijos y nietos comenzaron a unirse a las llamadas para conocer sobre su historia familiar.

Otros vivieron un impacto aún más personal. Una hermana anciana nunca había investigado sobre sus antepasados debido a la historia de su familia. Sus padres no estaban casados, y su padre tenía otra familia con hijos. Después de trabajar un tiempo con Maribel, esta hermana decidió compartir más información sobre sus padres. Maribel pudo encontrar más detalles sobre la historia del padre y la madre de esta hermana. La hermana pudo conocer en mayor profundidad las decisiones que tomaron sus padres, y eso la ayudó a sanar. Le dijo a Maribel que sintió gratitud al traerlos de nuevo a su vida, además de darse cuenta de que no podía culparse a sí misma por las decisiones que tomaron sus padres. Comenzó a creer que su valor era infinito y dejó de lado la vergüenza que había cargado durante tantos años.
Una hermana más joven de Guatemala que vivía en el barrio también quiso involucrarse en su historia familiar y empezó a trabajar con Maribel. Comenzó a organizar su árbol genealógico, pero solo podía llevar a cabo los bautismos por representante y cedía las demás ordenanzas a los miembros del barrio para que las llevaran al templo. Al organizar su árbol, encontró información sobre su bisabuela y tuvo la certeza de que debía ser quien completara todas las ordenanzas por ella. Se esforzó por recibir su recomendación para el templo y lograr ese objetivo. A través de ese proceso, ella también pudo sellarse a su esposo e hijos. Maribel expresó cuán especial fue contemplar ese proceso de conversión que surgió de hacer historia familiar.

Cómo ayudar a una persona a la vez tuvo un impacto en las demás personas
Una de las mujeres a las que Maribel estaba prestando servicio, Catalina Gómez, vive en una residencia para adultos mayores. Durante sus llamadas, los amigos de Catalina que vivían en la misma residencia escuchaban entusiasmados y preguntaron si ellos también podían compartir su historia y recibir ayuda con su historia familiar. Maribel dijo: “No solo se unían las familias de estos miembros, sino también sus amigos más cercanos. Se reunieron para compartir y aprender unos de otros. ¡Fue hermoso!”.
Después de que una de las hermanas que trabajaba con Maribel se diera cuenta de que podía sellarse a sus padres en el templo, varios miembros del barrio estuvieron entusiasmados por asistir al templo con ella; y muchos se dieron cuenta de que ellos también podían sellarse a sus padres o a otros familiares.

Los miembros mayores del barrio también comenzaron a compartir sus testimonios en la Iglesia, incluso las historias sencillas sobre sus antepasados y sobre cómo se sintieron al hacer su historia familiar. Esto inspiró a otros miembros del barrio a aprender más, y los miembros mayores no fueron los únicos que comenzaron a pedir ayuda a los consultores de historia familiar del barrio.
A través de su trabajo con otras personas, Maribel pudo superar los bloqueos que tenía en la investigación de su propia familia. Mientras ayudaba a otra mujer, Sandra Corona, Maribel descubrió que sus antepasados y los de Sandra eran del mismo pueblo de México. Lo descubrió gracias a un certificado de matrimonio de su propia línea familiar, donde los antepasados de Sandra aparecían como testigos del evento. Maribel y Sandra sintieron un gran gozo por este descubrimiento. Maribel dijo: “La conexión entre nuestras familias había superado el tiempo, las generaciones, los países y hasta las religiones. La encontré [a Sandra] en un país diferente, hablando un idioma diferente, profesando una religión diferente a la de nuestros antepasados, pero la relación [de nuestras familias] se mantuvo a través de las generaciones. Me encanta eso”.
Cómo encontrar y ayudar a “esa” persona en particular
“Veo que hay muchos miembros que saben que la genealogía es importante para nuestra religión y para el Plan de Salvación, pero no tienen las herramientas ni los recursos para llevarla a cabo por sí mismos”, dice Maribel. “Por eso fue por lo que decidí tenderles una mano, porque tienen tiempo, les encanta relatar historias y saben que este trabajo es importante… Estoy logrando que esto sea accesible para ellos, para que puedan disfrutar de las bendiciones de este trabajo”.


Además, Maribel compartió que siente que así es como debe ser el Evangelio. Para prestar servicio, debemos “mirar a nuestro alrededor y ver qué necesidades hay y qué podemos hacer para aliviarlas”.
El presidente Russell M. Nelson dijo: “¡Qué hermoso ejemplo nos ha dado el Salvador: que, al ministrar, cada uno de nosotros, a tan solo una persona que esté a nuestro alcance, podemos esparcir el amor de Jesucristo por todo el mundo!”.
Así como Maribel encontró la manera de tender una mano y ministrar a “esa persona en particular” de su barrio, todos podemos tender una mano y encontrar a “esa persona en particular” que se siente olvidada o perdida. Cada uno de nosotros, dentro de nuestras posibilidades, podemos ayudarla a lograr una mayor conexión con su familia y a encontrarse a sí misma mientras esparcimos el amor de Jesucristo.
En FamilySearch nos preocupamos por conectarte con tu familia y ofrecemos divertidas experiencias de descubrimiento y servicios de historia familiar de forma gratuita. ¿Por qué? Porque damos mucha importancia a la familia y creemos que conectar las generaciones puede mejorar nuestra vida ahora y para siempre. Somos una organización sin fines de lucro patrocinada por La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días. Para obtener más información sobre nuestras creencias, haz clic aquí.