Que Dios bendiga a los indexadores

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Por Jennifer Kerns Davis

Hace algunos años, tuve un problema de investigación algo difícil en mi Árbol Familiar. Había encontrado a una familia, pero no podía extender la línea de antepasados de la madre. Me faltaban ciertos datos que me podrían ayudar en mi búsqueda. En ese entonces tenía un horario sumamente ocupado que no me permitía dedicar horas a buscar en microfilmes e imágenes digitales para encontrar la información que necesitaba. Terminé por dejar de investigar esa parte de mi árbol por un tiempo y centrarme en una parte diferente.

Más o menos un año después, decidí volver a investigar a esta familia. Después de buscar registros indexados en FamilySearch.org por unos minutos, no podía creer lo rápido que pude encontrar un registro de matrimonio que indicaba el apellido de soltera de la madre cuya información buscaba, junto con sus padres. ¡En el tiempo que pospuse mi investigación de esta familia el año pasado, alguien había indexado el registro específico que necesitaba! ¡Estaba tan contenta! Pero aun con el entusiasmo, no olvidé hacer una pequeña oración a Dios, como siempre hacía, dándole las gracias por ayudarme a encontrar la información que necesitaba.

Entonces pensé, Dios no era la única persona a la que debía dar gracias. De repente tuve un fuerte deseo de agradecerle a la persona que indexó este registro de matrimonio para que yo lo encontrara. Pero, ¿cómo podría saber quién era esa persona? Era imposible que yo lo supiera, pero Dios lo sabía. Entonces supe qué hacer: oré a Dios y le pedí que bendijera a la persona que había indexado este registro, quienquiera que hubiera sido. Sentí una efusión de amor por ese indexador. De repente me di cuenta de que no fue solo el indexador quien me facilitó este registro, también había sido el arbitrador.

También hay personas en FamilySearch que alistan los registros para publicarlos y todas las demás personas que también trabajaron con ese registro, desde el operador de cámara que tomó la imagen del registro, hasta el registrador que se sentó ante mis antepasados hace tantos años, con la pluma en la mano y escribió la información que ahora yo tenía en mis manos. Ninguna de estas personas me conocía ni sabían mi nombre, pero habían hecho algo que era tan importante para mí. Me inundó un sentimiento de amor y aprecio por las personas que aportaron a este registro. Al continuar mi oración, oré para que el Señor bendeciría a cada una de esas personas por llevar a cabo su parte.

Ahora esto ocurre con regularidad: cada vez que encuentro un registro que completa una rama de mi árbol familiar, le pido a Dios que por favor bendiga al indexador, al arbitrador y a todas las personas que me facilitaron este registro. Así que si sientes motivación extra mientras indexas o arbitras, podría ser por esta razón: hay personas orando por ti y agradeciéndote por tu trabajo. Tal vez estés recibido bendiciones fuera de tu trabajo de indexación, bendiciones para tu familia, bendiciones de seguridad, bendiciones de salud. Cualquier fortaleza adicional que sientas en tu vida por causa de tu servicio, recuerda que hay personas como yo que apreciamos tu trabajo y te animamos, te damos las gracias y oramos por ti.  

Ayuda a impulsar la búsqueda

Aprende cómo puedes ayudar a personas como Jennifer a descubrir detalles importantes de su historia familiar.

 

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