¿Qué recuerda especialmente de su infancia? ¿Fue una ocasión en la que visitó a sus amigos o familiares? ¿Fue cuando perdió su primer diente? ¿O quizás fue cuando recibió un regalo para su cumpleaños? Pueden parecer recuerdos sencillos, pero los recuerdos de su niñez pueden crear un fundamento para el resto de su vida.
Veamos más de cerca cómo creamos recuerdos de la infancia, cómo podemos compartirlos y cómo esos recuerdos dan forma a nuestras vidas.
¿Qué son los recuerdos de la infancia?
El término "recuerdos de la infancia" se refiere a los recuerdos que formamos durante la infancia. ¿Sabía que la mayoría de los adultos no recuerda mucho antes de tener dos años y medio ? Los investigadores solían pensar que era porque los bebés no tienen una memoria plenamente desarrollada, pero estudios recientes sugieren otra cosa. Hay 2 cosas que pueden afectar cuánto recordamos de nuestra infancia, cómo formamos y compartimos nuestros recuerdos.

Cómo formamos los recuerdos
Hay 2 tipos de recuerdos a largo plazo. Ambos juegan un papel en la formación y el recuerdo de nuestras experiencias de la infancia. Como niños, la mayoría de nuestros recuerdos son implícitos. Pero a medida que crecemos, comenzamos a recopilar más y más recuerdos explícitos. A la edad de 6 o 7 años nuestra memoria está más desarrollada y es similar a la de un adulto.
Recuerdo implícito
¿Alguna vez se han encontrado cantando las palabras de una canción sin siquiera darse cuenta? ¿O tal vez ha caminado a la casa de un amigo sin pensar en las direcciones? Estos son ejemplos de cuando ha aprovechado de su memoria inconsciente o su recuerdo implícito.
Un recuerdo implícito no tiene que ver con una hora o un lugar específico; es automático y nos ayuda a llevar a cabo tareas aprendidas previamente sin pensarlo.
Recuerdos explícitos
¿Alguna vez ha hecho una lista de tareas pendientes? ¿O memorizado datos para un examen? ¿Recuerda un viaje favorito que haya hecho? Estos son ejemplos de cuando ha utilizado su memoria consciente o su memoria explícita.

Los recuerdos explícitos son detallados e incluyen una hora y un lugar. Cuando piensa en un recuerdo explícito, lo está trayendo activamente a su mente y está recordando esa información.
Cómo compartimos recuerdos
Una vez que hayamos formado un recuerdo, ¡la mejor manera de recordarlo es hablar de ello! Este relato del acontecimiento lo refuerza más profundamente en nuestra memoria. Puede decirle a alguien lo que sucedió, escribir sobre ello en un diario o incluso grabarse a sí mismo relatando la experiencia. Compartir nuestra experiencia no sólo nos ayuda a recordar mejor, sino que también puede ayudarnos a procesar mejor. De hecho, a veces compartir algo difícil puede ayudarle a sanar de la experiencia.
Al hacer un registro de sus experiencias, se está ayudando a desarrollar un recuerdo mejor. Pero ¿sabía que los padres, abuelos o tutores también pueden influir mucho en la capacidad de un niño para guardar un recuerdo? Aunque no lo crea, la forma en que le habla a un niño sobre una experiencia puede marcar una gran diferencia. Hay dos estilos de hablar con un niño pequeño, uno que puede ayudarle a rememorar recuerdos más vívidos y detallados de los primeros días, y otro que podría no ser tan útil.

Estilo elaborativo
Alentar a un niño pequeño a hablar sobre un evento y explicar los detalles es la mejor manera de ayudarle a recordar su experiencia. A este método se le llama estilo elaborativo. Asegúrese de hacer preguntas abiertas, quién, qué, dónde y cuándo.
A continuación se presentan ejemplos de preguntas de estilo elaborativo:
- "¿Qué fue lo que más le gustó de nuestro viaje?"
- "¿Qué le gustó del paseo en barco?".
- "¿Qué más le gustó?",
- "¡Cuéntame más!"
Estilo repetitivo
En cambio, cuando hacemos preguntas con respuestas de sí, no o de una palabra, es menos probable que el niño recuerde el acontecimiento. A este método se le llama estilo repetitivo. Trate de evitar hacer sólo estas preguntas (aunque puede hacerlas además de preguntas de estilo elaborativo) y trate de no repetir la misma pregunta si el niño no responde. Intente reformular la pregunta.
A continuación se dan ejemplos de preguntas de estilo repetitivo:
- "¿Fuimos en barco?"
- "¿Fue divertido?",
- "¿Quieres ir de nuevo?"
¿Por qué son importantes los recuerdos de la infancia?
Los recuerdos que recordamos de nuestra niñez pueden afectar nuestra identidad personal, las decisiones que tomamos y la forma en que interactuamos con los demás.
Identidad propia
Las experiencias que tenemos cuando somos niños pueden moldear nuestra identidad. Por ejemplo, los sobrevivientes de huracanes pueden pensar en su experiencia y tener la confianza de que, debido a que sobrevivieron a esa dura experiencia, pueden enfrentar otros desafíos que se presenten en su camino.
Otro ejemplo es cómo a alguien le pueden haber gustado los gatos cuando era niño, pero después de ser arañado por uno, se convierte en "una persona que no le gustan los gatos". Construimos nuestra identidad a partir de las experiencias que tenemos y cómo las recordamos.
Tomar decisiones
Nuestros recuerdos de la infancia también pueden ayudar a guiar nuestro comportamiento y ayudarnos a tomar decisiones más inteligentes y seguras. Por ejemplo, si deja correr el agua y se desborda la bañera, probablemente piense en ese recuerdo cuando vuelva a llenarla. Y lo más probable es que no permita que se desborde otra vez.
Establecer conexiones
Cuando queremos reforzar las conexiones con los demás o entablar otras nuevas, es posible que recurramos a nuestros recuerdos de la infancia más de lo que pensamos. Por ejemplo, si disfrutaba de cocinar con sus seres queridos y se sentía cerca de ellos, podría recordar ese recuerdo e invitar a su hijo a cocinar con usted para que pueda fortalecer su conexión con él.
Los recuerdos son importantes. Nos llevan a crear nuestra identidad, a tomar decisiones reflexivas y a establecer conexiones duraderas. Soren Kierkegaard, un filósofo danés del pasado, dijo una vez: "La infancia es como contemplar una hermosa región cuando uno va hacia atrás, uno realmente se da cuenta de la belleza en ese momento, ese mismo instante, cuando empieza a desaparecer".
Cuanto más tiempo dediquemos a rememorar y compartir nuestros recuerdos, más probabilidades hay de que permanezcan con nosotros y nos ayuden a crecer.