Como miembro de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, las expectativas que establezco para mí a veces parecen inmensas. Mi lista de tareas pendientes es cada vez más y más larga, y a veces siento que no estoy cumpliendo con lo que se espera de mí.
Con demasiada frecuencia en mi vida, el templo queda al final de esa lista. Me olvido de planificar con anticipación, apartar el tiempo, encontrar una niñera, entre otros aspectos. Puede parecer una tarea desalentadora.
Sin embargo, la realidad es que asistir al templo aligera nuestra carga. En la Casa del Señor tenemos la oportunidad de acercarnos más a Cristo y, por medio de Él, a nuestros familiares que han fallecido. En esa conexión hay paz y consuelo.
“En el templo recibimos protección […]. ¡Experimentamos el amor puro de Jesucristo y de nuestro Padre Celestial en gran abundancia! Sentimos paz y seguridad espiritual, en contraste con la turbulencia del mundo”.
Russell M. Nelson, “El Señor Jesucristo vendrá de nuevo”, Liahona, noviembre de 2024, pág. 121
Algunas personas asombrosas han compartido sus experiencias personales en el templo. Sus historias muestran solo algunas de las maneras en que el templo nos acerca más a Cristo y a nuestros seres queridos.
Dones eternos
“Su relación por convenio con Dios y Jesucristo es una relación de amor y confianza en la que tienen acceso a una mayor porción de Su gracia: a Su asistencia divina, a una investidura de fortaleza y a poder habilitador”.
Bradley R. Wilcox, “Oh, jóvenes herederos de la noble primogenitura”, Liahona, noviembre de 2024, pág. 95
Nikki Kelly
Mi esposo se unió a la Iglesia cuando tenía diecinueve años, apenas en su primer año de universidad. Muchas personas influyeron en su decisión de aceptar la fe, pero más profundamente su abuela, Stevie. Ella no era de nuestra fe, sin embargo, encarnaba la esencia de una mujer devota y temerosa de Dios. A través de sus palabras y acciones, Stevie inculcó en mi esposo los valores del amor, la resiliencia y la confianza en Dios.
Hace unos años, tuve el honor de efectuar su obra en el templo. Mientras completaba su iniciatoria, experimenté algo extraordinario. Sentí su presencia muy fuertemente, una sensación sobrecogedora de su gozo y aprobación. En ese momento, yo estaba luchando profundamente con las emociones del posparto, la soledad y la desesperación. Sin embargo, durante esa sagrada ordenanza, fue como si ella estuviera a mi lado.
Su presencia me dio una profunda sensación de paz y seguridad. Parecía decirme que podía hallar fortaleza en el templo, en mi fe y en mí misma. Esa experiencia me inspiró a seguir regresando al templo, incluso en los días más difíciles. Su amor y ejemplo son dones eternos que unen generaciones y fortalecen nuestra trayectoria espiritual.


No estás solo
“Todos los que adoran en el templo tendrán el poder de Dios y ángeles que ‘los guardan’. ¿Cuánto aumenta su confianza el saber que […] no tienen que afrontar la vida solos? ¿Cuánto valor les concede el saber que los ángeles realmente los ayudarán?”.
Russell M. Nelson, “Regocíjense en el don de las llaves del sacerdocio”, Liahona, mayo de 2024, pág. 122
Marco Gosewinkel

Durante muchos años, he estado utilizando FamilySearch para descubrir a mis antepasados. Yo sabía que eso estaba relacionado con la Iglesia de Jesucristo. Sin embargo, nunca me interesó la Iglesia en sí ni sus enseñanzas.
Con el tiempo, empecé a preguntarme por qué los miembros de la Iglesia de Jesucristo buscan a sus antepasados. Me preguntaba si había algo sobre genealogía en el Libro de Mormón, así que pedí uno en línea. Un día después, los misioneros se comunicaron conmigo y comenzamos a reunirnos regularmente. No encontré ninguna ayuda para mi genealogía en el Libro de Mormón, pero sí encontré verdades y respuestas.
Antes de mi bautismo, me reuní con el presidente de misión. Me preguntó por qué hacía genealogía. Yo no tenía la respuesta a esa pregunta, pero él sí: “Porque tus antepasados quieren que los encuentren”.
Cuatro meses después, tuve la oportunidad de ir al Templo de Fráncfort por primera vez y ser bautizado a favor de mis cuatro bisabuelos. Estaba nervioso porque no sabía exactamente qué esperar.
Todavía recuerdo estar sentado en el bautisterio y hacer una oración. De repente, sentí calidez en el corazón y pude sentir fuertemente el Espíritu Santo. Pude sentir que mis antepasados estaban presentes conmigo en ese momento. Nunca olvidaré esa experiencia.
Acercarse más en el templo
“Servir con frecuencia en la Casa del Señor y esforzarnos por guardar los convenios sagrados que hacemos allí aumentará tanto nuestro deseo como nuestra habilidad de experimentar el cambio de corazón, alma, mente y fuerza que necesitamos para poder llegar a ser más semejantes a nuestro Salvador”.
Jorge M. Alvarado, “Aceptar el don del Señor del arrepentimiento”, Liahona, noviembre de 2024, pág. 69
R. Peterson
Cada vez que llega un día festivo, pienso en el templo. Desde hace años, mi familia ha tenido la meta de ir juntos al templo cuando tenemos un descanso de nuestras otras responsabilidades.
Antes de comenzar la tradición, el templo más cercano requería citas que se reservaban con meses de anticipación. Cuando finalmente tuvimos la oportunidad de ir, nos dimos cuenta de que estaríamos fuera de la ciudad y otra vez perderíamos la oportunidad de asistir al templo.

La ciudad que visitábamos tenía un templo. El bautisterio de ese lugar no requería citas con meses de anticipación, así que mis padres me llevaron a hacer bautismos allí. Al año siguiente se unió mi hermano y al año después de eso, se convirtió en una tradición.
Si bien estos viajes al templo se organizaban originalmente por conveniencia, pronto se convirtieron en un amor genuino por el templo y por nuestros antepasados. Siempre que vamos a algún lugar en familia, incluso durante un fin de semana largo, buscamos el templo más cercano y apartamos tiempo para ir.
Aunque podríamos haber considerado la asistencia al templo como una de las “responsabilidades” de las que debíamos tomarnos un descanso durante nuestras vacaciones, hacer del templo una prioridad cambió a nuestra familia. Después de cada viaje, había una diferencia notable en la forma en que hablábamos y actuábamos. Éramos más amables el uno con el otro, más pacientes y más comprensivos.
Pasar las vacaciones con los miembros de la familia no hace que automáticamente se acerquen más entre sí, pero siempre lo hace el pasar tiempo en el templo con nuestra familia eterna —tanto de los familiares que están vivos como de los que han fallecido.
Encontrar nombres
Si deseas llevar nombres de familiares al templo pero no sabes cómo hacerlo, FamilySearch tiene muchos recursos para que puedas encontrar nombres fácilmente. Estos vínculos pueden ayudar:
- Ordenanzas listas
- Preparar nombres
- Cómo prepararte
- Programar una cita para el templo
- Encontrar en Árbol Familiar antepasados que necesitan la obra del templo
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