A través de los ojos del párroco

Spanish-Catholic-Cathedral-195x157

El hojear los registros de defunción parroquiales de España podría ser agotador cuando los registros no están indexados y hay que ver todas las entradas de cada página. Sin embargo, hace poco aprendí que esa labor no es nada aburrida.

En la pequeña parroquia de Navarra, que es una provincia al norte de España, me topé con un dato descorazonador. El obispo de Pamplona pidió al sacerdote que diera sepultura cristiana a 24 soldados que habían perecido. El sacerdote no sabía los nombres de esos pobres soldados que habían sido asesinados, pero aún así llevó a cabo su sombría tarea.

Al continuar con los libros parroquiales meditaba en cuanto a los descendientes de esos hombres que tal vez no sepan donde están enterrados y luego encontré algo que no me esperaba. Cinco meses más tarde, el sacerdote comenzó a hacer una serie de anotaciones que cubrían varias páginas y en las cuales registró los nombres de cada uno de esos 24 soldados, con información como su lugar de origen y en muchos casos los nombres de los padres y la esposa, si estaban casados. La información la recibió del jefe de la segunda compañía de Carabineros de Guipúzcoa. No podía creer lo que estaba viendo.

Desde que encontré ese registro he tratado de aprender más sobre el ambiente político de la zona y del motivo por el cual sucedió ese hecho. En resumen, el incidente tuvo lugar durante la Tercera Guerra Carlista en la cual las facciones luchaban por cómo y por quien sería gobernada España, con los vascos luchando por un lado y los carlistas por el otro.

El hecho de haber encontrado esos registros me dio una mejor comprensión de por qué tantos vascos abandonaron la región durante esos tiempos tan turbulentos. Al ver la historia del poblado a través de los ojos del sacerdote local pude hacer un viaje por la historia que quizá no hubiese hecho si los registros no hubieran llamado mi atención. Nunca sabemos qué aventuras nos esperan al explorar los registros de los poblados de donde proceden nuestros antepasados.

Sobre el autor